Fue un poeta y ensayista mexicano
galardonado con el premio Nobel. Su poesía invita a participar en una
peregrinación analítica y simbólica que recorre diferentes formas, perspectivas
y preocupaciones, para descubrir la existencia de un mundo que se revela solo
cuando alguien lo ha nombrado. No extraña que Octavio Paz haya escrito alguna
vez que preguntar qué es algo es, en realidad, preguntar por su nombre. Este es
el magnífico trabajo del poeta: nombrar aquella realidad presente, pero
evaporada. Darle nombre es darle cuerpo, devolverle su estatuto trascendente,
es hacerla existir plenamente. Presentamos aquí una selección de algunos poemas
de Octavio Paz.
Epitafio De estatura mediana, Con una voz ni delgada ni gruesa, Hijo mayor de un profesor primario Y de una modista de trastienda; Flaco de nacimiento Aunque devoto de la buena mesa; De mejillas escuálidas Y de más bien abundantes orejas; Con un rostro cuadrado En que los ojos se abren apenas Y una nariz de boxeador mulato Baja a la boca de ídolo azteca —Todo esto bañado Por una luz entre irónica y pérfida— Ni muy listo ni tonto de remate fui lo que fui: una mezcla De vinagre y de aceite de comer ¡Un embutido de ángel y bestia!
Comentarios