Al escuchar el verso de Rubén Darío: “que
púberes canéforas te ofrenden el acanto”, comentó frente al auditorio,
dirigiéndose al recitador:
-Por favor, repítalo; yo solo he
entendido el “que”.
Más allá de que el verso realmente sea muy rebuscado, creo que la reacción del granadino se ajusta a la conducta criticona de muchos poetas.
Comentarios