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Federico García Lorca


Al escuchar el verso de Rubén Darío: “que púberes canéforas te ofrenden el acanto”, comentó frente al auditorio, dirigiéndose al recitador:

-Por favor, repítalo; yo solo he entendido el “que”.

Más allá de que el verso realmente sea muy rebuscado, creo que la reacción del granadino se ajusta a la conducta criticona de muchos poetas.

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