En la elección de los adjetivos, muchas veces, apelamos a
obviedades que empobrecen la carga semántica de un verso. En este ejemplo,
tenemos un caso típico que encontramos en muchos poemas:
¿Cuándo encontraré el camino
que perdí en el horizonte
distante de mi memoria?
Todo horizonte es distante. En su definición ya está
implícita esa característica. Es como decir:
abismo profundo,
verde primavera,
ancho mar,
sube para arriba,
sal para afuera,
un viejo anciano,
regalo gratis,
lava volcánica,
lapso de tiempo, etc.
Esta anomalía expresiva se llama pleonasmo. Aunque, justo es reconocer que esta figura es
utilizada como recurso estilístico, con el fin de enfatizar una imagen, de
aumentar su valor expresivo; pero, su utilización debe ser consciente, sin
cargar sobre sí la sospecha de que se trata de un vicio del lenguaje.
Con un justo cambio es posible ganar en carga semántica:
¿Cuándo encontraré el camino
que perdí en el horizonte
irreal de mi memoria?
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