En esta nuestra cárcel Donde el celador es tan discreto que nadie lo ve nunca hacer su ronda, hay que ser muy valiente para dar golpecitos en la pared de una celda cuando las luces están apagadas esperando ser oído, si no por los arcángeles del cielo, sí por los condenados del infierno. Posición sin una magnitud Como cuando alguien Que no habías notado antes Se levanta en un teatro vacío Y proyecta su sombra Sobre los fabulosos jinetes De la pantalla. Y tú tiemblas Mientras te das cuenta de sólo eres tú En tu camino A la enceguecedora luz solar De la calle. Menú del día Sólo nos queda, caballero, un plato vacío y una cuchara con la que puede sorber enormes tragos de nada que suenen como si comiera una sopa negra y densa, humeante de tan caliente en el plato vacío. Sobre mí mismo Soy el rey sin corona de los insomnes que aún lucha contra sus fantasmas con una espada. Un estudiante de techos y puertas cerradas que apuesta a que dos y dos no siempre son cu...
Camposanto en el sur de Escocia Acotado del hombre y al borde de una sima donde el torrente espuma, veréis el cementerio. Allí la liebre alcanza su más tranquilo sueño y los elfos, nevados de luna, entran y danzan para crédulos ojos. De aquelarre ni templo no queda ya vestigio, pero allí se deslizan desconsoladas gentes, que con velada angustia le lloran su oración al viento y al celaje. No hay tumbas orgullosas. Mas rudos caballeros, que esculpiera el humilde querer de tiempos idos, en tierra yacen, entre verdores de cicuta; no es una mezcla triste, si quiebra el alba clara el resplandor del césped, y cerca, en los arbustos, coros primaverales entonan su alborozo. ¿Por qué estás silenciosa? ¿Por qué estás silenciosa? ¿Es una planta tu amor, tan deleznable y pequeñita, que el aire de la ausencia lo marchita? Oye gemir la voz en mi garganta: Yo te he servido como a regia Infanta. Mendigo soy que amores solicita… ¡Oh limosna de amor! Piensa y medita que s...